martes, 20 de julio de 2010

Vos

Lo que me encanta de vos es lo que más odio de vos. Que no sepas nada, que mires como buscando algo, adentro mío o en cualquier parte. Que te dejes ser así violentamente pero que no te permitas ser híbrido ni un instante. Que pienses retorcidamente cada cosa que te pasa pero las dejes pasar, como dejás pasar a los demás, a todos, a mí. Esa prescindencia del alrededor, ese ser con vos mismo pero nunca estando satisfecho, eso me encanta y me molesta. Porque yo no puedo llenarte, principalmente porque es la falacia más grande de la humanidad, después porque vos no querés a nadie, y lo odio. Estás como enojado, te vengás siendo indiferente porque sabés que nada merece tu atención. Lo odio porque envidio que seas tan libre.
El pensamiento es un contínuo que no se detiene jamás, salvo cuando estoy soñando y otro piensa por mí. Entonces me transformo en el otro... Alterno en mis equívocos. ¡No puedo vivir! El pensamiento no me ayuda ¡todo lo contrario! Se acumula sobre mí como una torre, ondula, toma la forma de mi vida... Me arrastra la noche de la realidad como una bajamar y allí está justamente esa cosa sin parangón... lo que yo más temía. Cada sueño es un temor nuevo, agujereando la vida en cualquier parte, al azar, un pequeño relato sin dimensiones, puro tiempo. Es el espesor de un miedo que me asalta y me impide dormir.



El Llanto. César Aira.

viernes, 16 de julio de 2010

Nada es más real que nada

Te puedo cambiar el nombre?

Para?

Martín. Te puedo llamar Martín. Es un lindo nombre para un amante.

Quién es Martín?

Martín no es nadie. Tenés café?

Yo no soy tu amante. Ahí, en la alacena enfrente tuyo.

Vos me entendiste. Ah, qué tonta, no lo veía. Querés?

Entiendo. Entiendo que hoy soy yo y mañana va a ser Martín. Lo que no entiendo es por qué Martín, quién es?

Querés café o no?

Sí, con más leche que café. Me vas a responder?

Lágrima se llama. Que te responda qué cosa? Martín sos vos. Por qué llorás? Por lo de lágrima? El café se llama lágrima. Tin, qué te pasa?

Me llamo Marcelo, la puta que te parió. No sé qué carajo te pasa Amanda, a mí tu nombre no me gusta y no te lo quiero cambiar porque sos vos, Amanda sos vos, y yo Marcelo. Si te gusta más el nombre Martín buscate un Martín. Yo soy Marcelo.

Por qué te ponés tan nervioso chuchi? No seas así, era un juego, nada más. Es lindo el nombre Amanda, es original.

Acabás de decir que Martín no es nadie osea yo, yo no soy nadie. No quiero ser más tu amante Amanda.

Amante, amanda, amamantar con una manta. Tanta bronca te da qué cosa?

Dejá de reírte nena, te estoy hablando enserio.

Ahora vos me cambiaste el nombre. Yo puedo ser tu nena y vos mi Martín.

Quién mierda es Martín? Me podés explicar? Yo quiero ser Marcelo, tu Marcelo y de nadie más.

Tomá tu lágrima pero dejá de llorar y no te pongas melanco que no te banco.

No vengas más Amanda.

A dónde?

Acá, a mi casa, a mi vida. No quiero que me hagas más café. Si quiero uno lo compro en el bar de abajo, no necesito que vengas.

Y le vas a pedir a la moza que duerma con vos también?

Sí, te molesta? A la moza le gusta mi nombre.

Pero la moza no se llama Amanda. Basta Marce. Ahí está, lo dije, contento?

Amanda, te amo.

Martín es el chico que me gusta desde que tengo diez.

No me escuchás?

Es perfecto, tengo esperanzas, algún día nos vamos a enamorar y nos vamos a casar, estoy segura, estamos hechos el uno para el otro.

Me estás cargando?

Me encantaría. A mi hija le voy a poner Verónica, como mi mamá, y a mi hijo Marcelo. Dejá de llorar, le voy a poner tu nombre a mi hijo. Vos vas a encontrar una Amanda que te ame y yo me voy a casar con Martín, el mío.

Andate.

Qué pasa?

Andate Amanda.

Está feo este café, debe ser por la humedad de la alacena.

Amanda

Qué mi amor?

Andate










Es que su te amo me da vueltas

Y por qué?

Porque sí, no sé, no se lo había escuchado decir a nadie con ese pronombre personal de segunda persona dirigido exclusivamente hacia mí.

Bueno, vos lo amás también?

No.

Por qué?

Porque no.

Eso no es una razón.

Bueno sí, ya sé. No lo amo porque no me llena.

Pero llevás meses viéndolo.

Fui re cruel, pobrecito lloraba y tomaba lágrima. Pobrecito.

Por qué seguís viéndolo si no te llena?

Porque tengo un agujero y lo quiero llenar con algo.

Quién es Martín?

Nadie, lo inventé.

Le mentiste.

No, lo cuidé. Qué se suponía que tenía que responder? Que yo también lo amo? Que me encanta tomar su café húmedo después de haber pasado la noche juntos?

Si eso es cierto, sí.

Es más complicado.

Por qué?

No todo tiene que tener una razón lineal, porque sí, porque es así y punto.

Ahora no te quiere volver a ver.

Yo tampoco a él. Que se enamore de alguien.

Está enamorado de vos.

Mentira. Si lo estuviera no me pediría que no vuelva.

Lo trataste mal Amanda, qué esperás que te diga?

Que me ama cuando lo trato mal también.

Eso es ridículo.

Él no entiende. Vos tampoco. Yo necesito otra cosa. Me doy cuenta de que no es para mí, yo estoy para amores menos clisé. Yo no soy como él, él se va a casar y va a tener el auto y el perro. Yo quiero tener 40 y seguir volviendo a mi casa a las 12 del mediodía con un café suyo en el estómago.

Él te dijo eso o lo pensás vos?

Se le nota.

Qué vas a hacer ahora?

Ruido. Es decir, nada, no sé. Voy a dormir, no dormí nada anoche.

Pero digo de ahora en adelante.

Mañana lo voy a ir a buscar al trabajo.

Amanda, Marcelo te pidió que no volvieras más.

No lo decía enserio, yo ya lo conozco.

Por qué no querés admitir que vos también lo amás?

No lo amo.

No hablás de otra cosa.

Nunca dije que lo amaba.

No dejás de hablar de él quiero decir.

Te aburriste? Me derivás?

Te querés escapar siempre, con esto estás haciendo lo mismo.

Te dije que lo voy a ir a buscar mañana al trabajo.

Para pedirle perdón? Para decirle que lo amás?

Seguro que el café que le hice ayer le cayó mal.









Me abrazás?

Te estoy abranzando chuchi.

Más fuerte.

Estoy cansada. Tuve una semana terrible.

Te extrañé.

Mi jefa se fue de vacaciones, me torturaron con todos los temas que dejó abiertos. No veo la hora de irme de ese lugar.

Por qué te cuesta tanto?

Abrazarte?

Quererme Amanda. No, dejá de darme besos. No quiero darte un beso ahora. Yo también estoy cansado.

Bueno, dormite. Me voy a quedar mirándote.

No estabas cansada?

Qué tiene que ver?

Dormí vos también.

Te molesta que te mire?

Me encanta.

Andá a cagar Marcelo, si te vas a reir no te hablo más.

Lo digo enserio.

Estás re bueno.

Esa es tu manera de decir que me querés?

No me jodas con las interpretaciones, ya tengo un psicólogo, no es momento.

O me lo decís para que no me duerma?

Hacé lo que quieras. Buenas noches.

Si me tocás así no puedo hacer lo que yo quiero.

Hacé lo que te salga entonces.

Pero estabas cansada.

Callate.

Basta, dejame.

Te lastimé?

No. Sí. Dejame, no quiero tener más sexo con vos.

Y qué querés hacer?

Hablar

De qué?

Me viniste a buscar para acostarte conmigo nada más?

No

Y para qué entonces?

Tenía ganas de verte

Me querés?

Qué me estás preguntando Marcelo? Me estás cargando? Cortala, me voy.

No, no dejá tus cosas donde están, no te vistas, respondeme.

Mirá, vos ya sabés lo que pienso de vos y de esto, me lo preguntás solo porque querés escuchar cómo sale de mi boca y no te voy a dar el gusto.

Estás enferma.

Chau.

Pará, no te vayas. Por qué llorás?

Dejame Marce, dejame ir.

Quedate, vení, acóstate.

Perdoname.

Vení más cerca, así.

Qué hacés Marce?

No te puedo ver llorar. Te gusta?

Sí. Te quiero.

Qué dijiste?

No pares.

Qué me dijiste?

Qué?

Recién. Qué me dijiste?

Que no pares.

Yo también Amanda.

Defensa de la alegría

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría



Mario Benedetti