martes, 20 de julio de 2010

El pensamiento es un contínuo que no se detiene jamás, salvo cuando estoy soñando y otro piensa por mí. Entonces me transformo en el otro... Alterno en mis equívocos. ¡No puedo vivir! El pensamiento no me ayuda ¡todo lo contrario! Se acumula sobre mí como una torre, ondula, toma la forma de mi vida... Me arrastra la noche de la realidad como una bajamar y allí está justamente esa cosa sin parangón... lo que yo más temía. Cada sueño es un temor nuevo, agujereando la vida en cualquier parte, al azar, un pequeño relato sin dimensiones, puro tiempo. Es el espesor de un miedo que me asalta y me impide dormir.



El Llanto. César Aira.

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