viernes, 1 de abril de 2011

No perdamos el tiempo en vanos discursos. ¡Hagamos algo mientras haya ocasión! No todos los días hay alguien que nos necesite. A decir verdad, no se trata precisamente de que nos necesiten. Otros lo harían tan bien como nosotros, y hasta mejor. La llamada que acabamos de escuchar antes se dirige a la humanidad entera. Pero en este lugar y a esta hora la humanidad somos nosotros, nos guste o no. Aprovechésmolo antes de que sea demasiado tarde. Seamos dignos mandatarios, por una vez, de esta porquería en que nos ha sumida la desgracia.


Esperando a Godot - Beckett

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